lunes, diciembre 10, 2007

Leyenda de una Princesa Inca


La laguna de la Huacachina, está ubicada a sólo 5 km al oeste de la ciudad de Ica, es un oasis natural en medio de las blancas arenas del desierto, de aguas verdes esmeralda, surgió debido al afloramiento de corrientes subterráneas. Alrededor existen sendas palmeras, vegetación , eucaliptos y guarangos, que sirven para el descanso de las aves migratorias que pasan por esta región.

Toda esta esplendorosa belleza, hace que la Huacachina sea un lugar muy visitado cada día, por miles de turistas nacionales e internacionales y como todo lugar hermoso tiene su encanto también tiene su leyenda. La narrativa popular dice que cerca a este Lugar vivía una princesa Inca, muy joven, conocida por todos como Huacca-China que significa “La que hace llorar”.

Era una princesa solitaria, de verdes pupilas, hermosa cabellera y que cantaba de una manera tan hermosa que no había a quien no haga llorar con su melodiosa voz, ella tenia un secreto, se había enamorado de un feliz caballero pero como no era Inca era imposible que su linaje permitiera su unión.

Entonces la princesa siempre buscaba un rincón donde sentirse libre, llorar y dejar hablar a su corazón con sus cantos, cuenta la historia, que siempre lloraba ante un árbol en el que cavó un hueco, ahí hundía el nombre de su dulce amor.

Cierta vez, ante el algarrobo, lleno con agua tibia el hueco que había abierto en la arena, cierto día se quedó desnuda y se cubrió la blancura de su piel y su soledad, con una sábana, y al verse en un espejo descubrió que no estaba sola, había un espía, un cazador, que a la visión de su belleza, quedó prendado de sus encantos hiendo hacia hacia ella, cual sátiro sin escrúpulo alguno.

La princesa huyó del cazador, con el espejo en alto y cubierta por una sabana, entre las dunas y breñas, donde iba huyendo la fugitiva, dejando trozos desgarrados de su manto, que por momentos dejaban ver su desnudez.
De tanto huir entre las dunas la sabana quedo enredada en los pedrales del desierto y de un ágil brinco el espejo y la princesa resbalaron, entonces el espejo se convirtió en aquella bella enigmática laguna y la princesa convertida en sirena por las noches sale a cantar su antigua canción para aquel amor. Algunos pobladores de la zona dicen que existe una corvina encantada, la cual dicen haberla visto, pero por más que calan las redes nunca llegan a apresarla.